Síndrome Genitourinario
El Síndrome Genitourinario representa un conjunto de dolencias que aparecen a raíz del periodo menopaúsico, por lo regular a pesar de las molestias que genera en la mujer, gran parte de ellas no son sometidas a tratamiento médico y sufren de esta condición en forma crónica.
El término síndrome genitourinario (SGU) sustituye a los términos vaginitis atrófica y atrofia vulvovaginal. El mismo describe con mayor precisión el estado hipoestrogénico posmenopáusico del tracto genitourinario.
El SGU es muy común; algunos estudios han demostrado que alrededor del 80% de las mujeres tienen síntomas, pero sólo cerca del 9% de ellas reciben tratamiento.
Las pacientes pueden sufrir en silencio, percibiendo sus síntomas como un aspecto natural del envejecimiento, o pueden dudar en plantear este delicado tema a sus ginecólogos.
¿Qué es el Síndrome Genitourinario?
El SGU es un término relativamente nuevo que describe la constelación de signos y síntomas del tracto urogenital inferior femenino, asociados con un estado de bajo nivel de estrógenos.
El SGU describe los cambios morfológicos, sexuales y urinarios en el área genital inferior asociados con la menopausia. Es un desorden crónico que es poco probable que mejore con el tiempo sin tratamiento.
¿Cuáles son las causas del Síndrome Genitourinario?
Básicamente las causas del SGU son hormonales, originadas por la disminución progresiva en la producción de estrógenos debido al fallo ovárico que ocurre durante la menopausia.
Los receptores de estrógeno presentes en todo el tracto genitourinario inferior responden a la caída de los niveles de estrógeno después de la menopausia y resulta en la pérdida de células epiteliales superficiales, de colágeno y de elastina, lo que provoca la pérdida de la alfombra vaginal.
Esto resulta en el adelgazamiento de la vagina y el uroepitelio, un aumento del pH vaginal y menos vasos sanguíneos. El epitelio vaginal se vuelve pálido y quebradizo y puede desgarrarse y sangrar, especialmente durante el coito.
La pérdida de grasa subcutánea en los labios mayores da lugar a la contracción del introito con prominencia del meato uretral, lo que aumenta el riesgo de irritación e infección.
¿Cuáles son los síntomas del Síndrome Genitourinario?
Fisiológicamente, el SGU se manifiesta con síntomas de sequedad, irritación y picor vaginal, además puede afectar la función sexual debido a la dispareunia y la disminución de la lubricación.
Es importante señalar que el SGU también incluye signos y síntomas urológicos. Las pacientes postmenopáusicas son más propensas a infecciones urinarias recurrentes, disuria, frecuencia y urgencia urinaria.
A diferencia de los sofocos relacionados con la menopausia que suelen resolverse con el tiempo, el SGU tiene una naturaleza progresiva crónica a lo largo de la transición menopáusica y más allá, por lo que los síntomas suelen empeorar en lugar de mejorar.
¿Cómo se diagnostica el Síndrome Genitourinario?
Para realizar el diagnóstico del SGU el especialista comenzará llenando la historia clínica y los antecedentes familiares de la mujer. Llevará a cabo un examen ginecológico completo, que además del examen pélvico incluirán la medida del nivel de pH vaginal.
En muchas ocasiones le indicará a la paciente la realización de análisis de orina, porque en gran número de casos el SGU está relacionado con la presencia de síntomas urinarios.
Probablemente solicitará estudios complementarios, como lo son analíticas sanguíneas que incluyan concentraciones de hormonas sexuales, estudios de ecosonografía pélvica y abdominal y cualquier otro que considere necesario para el caso en particular de la paciente.
Los niveles hormonales de una mujer con el SGU, revelarán que la concentración de estrógenos y otras hormonas sexuales está por debajo de lo normal, la exploración física mostrará señales de adelgazamiento y disminución de la zona genital de la mujer.
Esto aunado al interrogatorio previo realizado a la paciente, donde expone que está aquejada de molestias vaginales, que en muchos casos hacen que las relaciones sexuales sean un verdadero suplicio por lo dolorosas que le resultan, le indicarán al médico la presencia del síndrome genitourinario.
¿Cuáles son los tratamientos disponibles?
El objetivo principal del tratamiento de la SGU es el alivio de los síntomas. Las opciones incluyen cambios en el estilo de vida y tratamientos hormonales y no hormonales.
Las terapias hormonales incluyen enfoques tópicos y sistémicos. Los láseres vaginales para el SGU se están empleando con éxito en esta afección. La teoría detrás de la terapia láser es que el crecimiento de colágeno es estimulado, fortaleciendo así la vagina.
El abuso del tabaco se ha asociado con un aumento de los cambios vaginales atróficos, así como con la menopausia a una edad más temprana. Algunos médicos recomiendan las relaciones sexuales regulares porque se asocia con menos cambios atróficos aunque esto no está comprobado.
La higiene general de la vulva debe mantenerse con el objetivo de mantener la zona seca y libre de irritantes. Es preferible utilizar ropa interior de algodón y evitar los productos que contengan fragancias.
Las terapias no hormonales para el SGU incluyen hidratantes y lubricantes vaginales. Los humectantes vaginales funcionan para reemplazar las secreciones vaginales naturales mientras que los lubricantes vaginales reducen la fricción durante el coito.
Los humectantes comúnmente contienen moléculas que son capaces de retener grandes cantidades de agua y liberarlas lentamente. Algunos ejemplos son el ácido hialurónico y el gel de policarbófilo.
El tratamiento farmacológico de referencia para el SGU sigue siendo el estrógeno vaginal, especialmente para las pacientes que no sufren de síntomas sistémicos de la menopausia. Las dosis bajas de estrógeno vaginal son efectivas y seguras.
Las formulaciones vaginales actúan localmente para atacar los síntomas de la SGU, y dan como resultado elevaciones mínimas y transitorias de estradiol circulante. Las preparaciones de estrógeno oral deben reservarse para el tratamiento primario de los síntomas vasomotores y otros síntomas sistémicos de la menopausia.
En conclusión, el SGU es la nueva denominación médica para una condición harto conocida: la vaginitis atrófica. La misma tiene causas hipoestrogénicas y deriva en la afectación de la vida sexual de la mujer postmenopáusica.
Debido a las implicaciones sexuales, la vergüenza y la naturaleza sensible de discutir los síntomas y las repercusiones de estos en la vida en pareja, el SGU está muy poco diagnosticado.
En caso de que usted desee agendar una consulta con el Dr. Juan Rivero Corona, Ginecólogo Obstetra en la Ciudad de México, no dude enviarnos un mensaje a través del formulario de contacto. El Doctor Rivero se especializa en el diagnóstico y tratamiento del síndrome genitourinario.